Les dejo el discurso de asunción del nuevo presidente del Uruguay
Queridos amigos:
> >
> > La vida ha sido extraordinariamente generosa conmigo.
> > Me ha dado un sinfín de satisfacciones más allá de lo que nunca me
> > hubiera atrevido a soñar.
> > Casi todas son inmerecidas.
> > Pero ninguna más que la de hoy: encontrarme ahora aquí, en el corazón
> > de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes.
> > ¡Cabezas pensantes! A diestra y siniestra.
> > Cabezas pensantes a troche y moche, cabezas pensantes pa’ tirar pa’
> > arriba.
> >
> > ¿Se acuerdan de Rico Mac Pato, aquel tío millonario del pato Donald
> > que nadaba en una piscina llena de billetes?
> > El tipo había desarrollado una sensualidad física por el dinero.
> > Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas
> > llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena.
> > Cuanto más ajena, mejor.
> > Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.
> > El semanario BÚSQUEDA tiene una hermosa frase que usa como insignia:
> > “Lo que digo no lo digo como hombre sabedor, sino buscando junto con
> > vosotros”.
> > Por una vez estamos de acuerdo.
> > ¡Si estaremos de acuerdo!
> > Lo que digo, no lo digo como chacarero sabiondo, ni como payador
> > leído, lo digo buscando con ustedes.
> > Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es
> > definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa.
> > Hay que buscarla porque anda corriendo de escondite en escondite.
> > Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería.
> > Hay que hacerlo con ustedes, con los que han hecho del trabajo
> > intelectual la razón de su vida. Con los que están aquí y con los
> > muchos más que no están.
> >
> > DE TODAS LAS DISCIPLINAS
> > Si miran para el costado van a encontrar seguramente algunas caras
> > conocidas porque se trata de gente que se desempeña en espacios de
> > trabajo afines. Pero van a encontrar mucho más caras que les son
> > desconocidas, porque la regla de esta convocatoria ha sido la
> > heterogeneidad.
> > Aquí están los que se dedican a trabajar con átomos y moléculas y los
> > que se dedican a estudiar las reglas de la producción y el intercambio
> > en la sociedad.
> > Hay gente de las ciencias básicas y de su casi antípoda, las ciencias
> > sociales; gente de la biología y del teatro, y de la música, de la
> > educación, del derecho y del carnaval.
> >
> > Y en tren de que no falte nada, hay gente de la economía, de la
> > macroeconomía, de la microeconomía, de la economía comparada y hasta
> > alguno de la economía doméstica.
> > Todas cabezas pensantes, pero que piensan en distintas cosas y pueden
> > contribuir desde sus distintas disciplinas a mejorar este país.
> > Y mejorar este país significa muchas cosas, pero desde los acentos que
> > queremos para esta jornada, mejorar el país significa empujar los
> > complejos
> > procesos que multipliquen por mil el poderío intelectual que aquí está
> > reunido.
> > Mejorar el país, significa que dentro de veinte años, para un acto
> > como este no alcance el Estadio Centenario, porque al Uruguay le salen
> > ingenieros, filósofos y artistas hasta por las orejas.
> > No es que queramos un país que bata los récords mundiales por el puro
> > placer de hacerlo.
> > Es porque está demostrado que, una vez que la inteligencia adquiere un
> > cierto grado de concentración en una sociedad, se hace contagiosa.
> >
> > INTELIGENCIA DISTRIBUIDA
> > Si un día llenamos estadios de gente formada va a ser porque afuera,
> > en la sociedad, hay cientos de miles de uruguayos que han cultivado su
> > capacidad de pensar.
> > La inteligencia que le rinde a un país es la inteligencia distribuida.
> > Es la que no está sólo guardada en los laboratorios o las
> > universidades, sino la que anda por la calle.
> > La inteligencia que se usa para sembrar, para tornear, para manejar un
> > autoelevador o para programar una computadora.
> > Para cocinar, para atender bien a un turista, es la misma inteligencia.
> > Unos subirán más escalones que otros, pero es la misma escalera.
> > Y los peldaños de abajo son los mismos para la física nuclear que para
> > el manejo de un campo. Para todo se precisa la misma mirada curiosa,
> > hambrienta de conocimiento y muy inconformista.
> > Se termina sabiendo, porque antes supimos estar incómodos por no saber.
> > Aprendemos porque tenemos picazón y eso se adquiere por contagio
> > cultural, casi cuando abrimos los ojos al mundo.
> > Sueño con un país en el que los padres le muestren el pasto a los
> > hijos chicos y le digan: “¿Sabés qué es eso?, es una planta
> > procesadora de la energía del sol y de los minerales de la tierra”.
> > O que les muestren el cielo estrellado y hagan piecito en ese
> > espectáculo para hacerlos pensar en los cuerpos celestes, en la
> > velocidad de la luz y en la transmisión de las ondas.
> > Y no se preocupen, que esos uruguayos chicos igual van a seguir
> > jugando al fútbol. Sólo que, en una de esas, mientras ven picar la
> > pelota puedan pensar a la vez en la elasticidad de los materiales que
> > la hacen rebotar.
> >
> > CAPACIDAD DE INTERROGARSE
> > Había un dicho: “No le des pescado a un niño, enséñale a pescar”.
> > Hoy deberíamos decir: “No le des un dato al niño, enséñale a pensar”.
> > Tal como vamos, los depósitos de conocimiento no van a estar más
> > dentro de nuestras cabezas, sino ahí afuera, disponibles para
> > buscarlos por Internet.
> > Ahí va a estar toda la información, todos los datos, todo lo que ya se
> > sabe.
> > En otras palabras, van a estar todas las respuestas.
> > Lo que no van a estar son todas las preguntas.
> > En la capacidad de interrogarse va a estar la cosa.
> > En la capacidad de formular preguntas fecundas, que disparen nuevos
> > esfuerzos de investigación y aprendizaje.
> > Y eso está allá abajo, marcado casi en el hueso de nuestra cabeza, tan
> > hondo que casi no tenemos conciencia. Simplemente aprendemos a mirar
> > el
> > mundo con un signo de interrogación, y esa se vuelve la manera natural
> > de mirar el mundo.
> > Se adquiere temprano y nos acompaña toda la vida.
> > Y sobre todo, queridos amigos, se contagia.
> > En todos los tiempos, han sido ustedes, los que se dedican a la
> > actividad intelectual, los encargados de desparramar la semilla.
> > O para decirlo con palabras que nos son muy queridas: ustedes han sido
> > los encargados de encender la admirable alarma.
> > Por favor, vayan y contagien.
> > ¡No perdonen a nadie!
> > Necesitamos un tipo de cultura que se propague en el aire, entre en
> > los hogares, se cuele en las cocinas y esté hasta en el cuarto de
> > baño.
> > Cuando se consigue eso, se ganó el partido casi para siempre. Porque
> > se quiebra la ignorancia esencial que hace débiles a muchos, una
> > generación tras otra.
> >
> > EL CONOCIMIENTO ES PLACER
> > Necesitamos masificar la inteligencia, primero que nada para hacernos
> > productores más potentes. Y eso es casi una cuestión de supervivencia.
> > Pero en esta vida, no se trata sólo de producir: también hay que
> > disfrutar.
> > Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no
> > sólo hay esfuerzo sino también placer.
> > Dicen que la gente que trota por la rambla, llega un punto en el que
> > entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo
> > queda el placer.
> > Creo que con el conocimiento y la cultura pasa lo mismo. Llega un
> > punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y
> > es puro disfrute.
> > ¡Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha
> > gente!
> > Qué bueno sería, si en la canasta de la calidad de la vida que el
> > Uruguay puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de
> > consumos intelectuales.
> > No porque sea elegante sino porque es placentero.
> > Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede
> > disfrutar un plato de tallarines.
> > ¡No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices!
> > Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de
> > shopping centers.
> > En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de
> > bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos…
> > No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible.
> > Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige
> > arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar
> > de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción.
> > Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Vayan a
> > Holanda y vean las ciudades repletas de bicicletas. Allí se van a dar
> > cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera
> > aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los
> > frívolos.
> > Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero
> > también para ir a los conciertos o a los parques.
> > Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se
> > alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales.
> > Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento.
> > En paralelo, mi modesta contribución va a ser tratar de que los
> > uruguayos anden de bicicleteada en bicicleteada…
> >
> > INCONFORMISMO
> > Les pedía antes que contagien la mirada curiosa del mundo, que está en
> > el ADN del trabajo intelectual.
> > Y ahora agrando el pedido y les ruego que contagien inconformismo.
> > Estoy convencido que este país necesita una nueva epidemia de
> > inconformismo como la que los intelectuales generaron décadas atrás.
> > En el Uruguay, los que estamos en el espacio político de la izquierda
> > somos hijos o sobrinos de aquel semanario Marcha del gran Carlos
> > Quijano.
> > Aquella generación de intelectuales se había impuesto a sí misma la
> > tarea de ser la conciencia crítica de la nación. Anduvieron con
> > alfileres en la mano pinchando globos y desinflando mitos.
> > Sobre todo el mito del Uruguay multicampeón.
> > Campeón de la cultura, de la educación, del desarrollo social y de la
> > democracia.
> > ¡Qué íbamos a ser campeones de nada! Y menos en esos años, en las
> > décadas de los cincuenta y sesenta, donde el único récord que supimos
> > conseguir fue la del país de Latinoamérica que menos creció en veinte
> > años.
> > Sólo nos superó Haití en ese ranking.
> > Esos intelectuales ayudaron a demoler aquel Uruguay de la siesta
> > conformista.
> > Con todos sus defectos, preferimos esta etapa, donde estamos más
> > humildes y ubicados en la real estatura que tenemos en el mundo.
> > Pero tenemos que recuperar aquel inconformismo y tratar de metérselo
> > debajo de la piel al Uruguay entero.
> > Antes les decía que la inteligencia que le sirve a un país es la
> > inteligencia distribuida.
> > Ahora les digo que el inconformismo que le sirve a un país es el
> > inconformismo distribuido.
> > El que ha invadido la vida de todos los días y nos empuja a
> > preguntarnos si lo que estoy haciendo no se puede hacer mejor.
> > El inconformismo está en la naturaleza misma del trabajo que ustedes
> > hacen.
> > Se precisa que se nos haga a todos una segunda naturaleza.
> > Una cultura del inconformismo es la que no nos deja parar hasta
> > conseguir más kilos por hectárea de trigo o más litros por vaca
> > lechera.
> > Todo, absolutamente todo, se puede hacer hoy un poco mejor que ayer.
> > Desde tender la cama de un hotel a matrizar un circuito integrado.
> > Necesitamos una epidemia de inconformismo. Y eso también es cultural,
> > eso también se irradia desde el centro intelectual de la sociedad a su
> > periferia.
> > Es el inconformismo el que ha ganado el respeto a pequeñas sociedades
> > y a lo que hacen.
> > Ahí andan los suizos, cuatro gatos locos como nosotros, que se dan el
> > lujo de andar por ahí vendiendo calidad suiza o precisión suiza.
> > Yo diría que lo que de verdad venden es inteligencia e inconformismo
> > suizos, ese que tienen desparramado por toda la sociedad.
> >
> > LA EDUCACION ES EL CAMINO
> > Y amigos, el puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un
> > nombre y se llama educación.
> > Y mire que es un puente largo y difícil de cruzar.
> > Porque una cosa es la retórica de la educación y otra cosa es que nos
> > decidamos a hacer los sacrificios que implica lanzar un gran esfuerzo
> > educativo y sostenerlo en el tiempo.
> > Las inversiones en educación son de rendimiento lento, no le lucen a
> > ningún gobierno, movilizan resistencias y obligan a postergar otras
> > demandas.
> > Pero hay que hacerlo.
> > Se lo debemos a nuestros hijos y nietos.
> > Y hay que hacerlo ahora, cuando todavía está fresco el milagro
> > tecnológico de Internet y se abren oportunidades nunca vistas de
> > acceso al conocimiento.
> > Yo me crié con la radio, vi nacer la televisión, después la televisión
> > en colores, después las transmisiones por satélite.
> > Después resultó que en mi televisor aparecían cuarenta canales,
> > incluidos los que trasmitían en directo desde Estados Unidos, España e
> > Italia.
> > Después los celulares y después la computadora, que al principio sólo
> > servía para procesar números.
> > Cada una de esas veces, me quedé con la boca abierta.
> > Pero ahora con Internet se me agotó la capacidad de sorpresa.
> > Me siento como aquellos humanos que vieron una rueda por primera vez.
> > O como los que vieron el fuego por primera vez.
> > Uno siente que le tocó en suerte vivir un hito en la historia.
> > Se están abriendo las puertas de todas las bibliotecas y de todos los
> > museos; van a estar a disposición, todas las revistas científicas y
> > todos los libros del mundo. Y probablemente todas las películas y
> > todas las músicas del mundo. Es abrumador.
> > Por eso necesitamos que todos los uruguayos y sobre todo los
> > uruguayitos sepan nadar en ese torrente.
> > Hay que subirse a esa corriente y navegar en ella como pez en el agua.
> > Lo conseguiremos si está sólida esa matriz intelectual de la que
> > hablábamos antes.
> > Si nuestros chiquilines saben razonar en orden y saben hacerse las
> > preguntas que valen la pena.
> > Es como una carrera en dos pistas, allá arriba en el mundo el océano
> > de información, acá abajo preparándonos para la navegación
> > trasatlántica.
> > Escuelas de tiempo completo, facultades en el interior, enseñanza
> > terciaria masificada.
> > Y probablemente, inglés desde el preescolar en la enseñanza pública.
> > Porque el inglés no es el idioma que hablan los yanquis, es el idioma
> > con el que los chinos se entienden con el mundo.
> > No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquilines.
> > Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la
> > explosión universal del conocimiento.
> > Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica.
> > Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación.
> > No hay tarea más grande delante de nosotros.
> >
> > EL IDEALISMO AL SERVICIO DEL ESTADO
> > Queridos amigos, estamos en tiempos electorales.
> > En benditos y malditos tiempos electorales.
> > Malditos, porque nos ponen a pelear y a correr carreras entre nosotros.
> > Benditos, porque nos permiten la convivencia civilizada.
> > Y otra vez benditos, porque con todas sus imperfecciones, nos hacen
> > dueños de nuestro destino. Aquí todos aprendimos que es preferible la
> > peor democracia a la mejor dictadura.
> > En los tiempos electorales, todos nos organizamos en grupos,
> > fracciones y partidos, nos rodeamos de técnicos y profesionales, y
> > desfilamos frente al soberano.
> > Hay adrenalina y entusiasmo.
> > Pero después, alguien gana y alguien pierde.
> > Y eso no debería ser un drama.
> > Con unos o con otros, la democracia uruguaya seguirá su camino e irá
> > encontrando las fórmulas hacia el bienestar.
> > Nos toque el lugar que nos toque, allí vamos a estar tratando de poner
> > el hombro.
> > Y estoy seguro de que ustedes también.
> > La sociedad, el Estado y el Gobierno precisan de sus muchos talentos.
> > Y precisan aún más de su actitud idealista.
> > Los que estamos aquí, nos acercamos a la política para servir, NO para
> > servirnos del Estado.
> > La buena fe es nuestra única intransigencia. Casi todo lo demás es
> > negociable.
miércoles, 3 de marzo de 2010
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