miércoles, 3 de marzo de 2010

El Pepe Presidente

Les dejo el discurso de asunción del nuevo presidente del Uruguay

Queridos amigos:


> >

> > La vida ha sido extraordinariamente generosa conmigo.

> > Me ha dado un sinfín de satisfacciones más allá de lo que nunca me

> > hubiera atrevido a soñar.

> > Casi todas son inmerecidas.

> > Pero ninguna más que la de hoy: encontrarme ahora aquí, en el corazón

> > de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes.

> > ¡Cabezas pensantes! A diestra y siniestra.

> > Cabezas pensantes a troche y moche, cabezas pensantes pa’ tirar pa’

> > arriba.

> >

> > ¿Se acuerdan de Rico Mac Pato, aquel tío millonario del pato Donald

> > que nadaba en una piscina llena de billetes?

> > El tipo había desarrollado una sensualidad física por el dinero.

> > Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas

> > llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena.

> > Cuanto más ajena, mejor.

> > Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.

> > El semanario BÚSQUEDA tiene una hermosa frase que usa como insignia:

> > “Lo que digo no lo digo como hombre sabedor, sino buscando junto con

> > vosotros”.

> > Por una vez estamos de acuerdo.

> > ¡Si estaremos de acuerdo!

> > Lo que digo, no lo digo como chacarero sabiondo, ni como payador

> > leído, lo digo buscando con ustedes.

> > Lo digo, buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es

> > definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa.

> > Hay que buscarla porque anda corriendo de escondite en escondite.

> > Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería.

> > Hay que hacerlo con ustedes, con los que han hecho del trabajo

> > intelectual la razón de su vida. Con los que están aquí y con los

> > muchos más que no están.

> >

> > DE TODAS LAS DISCIPLINAS

> > Si miran para el costado van a encontrar seguramente algunas caras

> > conocidas porque se trata de gente que se desempeña en espacios de

> > trabajo afines. Pero van a encontrar mucho más caras que les son

> > desconocidas, porque la regla de esta convocatoria ha sido la

> > heterogeneidad.

> > Aquí están los que se dedican a trabajar con átomos y moléculas y los

> > que se dedican a estudiar las reglas de la producción y el intercambio

> > en la sociedad.

> > Hay gente de las ciencias básicas y de su casi antípoda, las ciencias

> > sociales; gente de la biología y del teatro, y de la música, de la

> > educación, del derecho y del carnaval.

> >

> > Y en tren de que no falte nada, hay gente de la economía, de la

> > macroeconomía, de la microeconomía, de la economía comparada y hasta

> > alguno de la economía doméstica.

> > Todas cabezas pensantes, pero que piensan en distintas cosas y pueden

> > contribuir desde sus distintas disciplinas a mejorar este país.

> > Y mejorar este país significa muchas cosas, pero desde los acentos que

> > queremos para esta jornada, mejorar el país significa empujar los

> > complejos

> > procesos que multipliquen por mil el poderío intelectual que aquí está

> > reunido.

> > Mejorar el país, significa que dentro de veinte años, para un acto

> > como este no alcance el Estadio Centenario, porque al Uruguay le salen

> > ingenieros, filósofos y artistas hasta por las orejas.

> > No es que queramos un país que bata los récords mundiales por el puro

> > placer de hacerlo.

> > Es porque está demostrado que, una vez que la inteligencia adquiere un

> > cierto grado de concentración en una sociedad, se hace contagiosa.

> >

> > INTELIGENCIA DISTRIBUIDA

> > Si un día llenamos estadios de gente formada va a ser porque afuera,

> > en la sociedad, hay cientos de miles de uruguayos que han cultivado su

> > capacidad de pensar.

> > La inteligencia que le rinde a un país es la inteligencia distribuida.

> > Es la que no está sólo guardada en los laboratorios o las

> > universidades, sino la que anda por la calle.

> > La inteligencia que se usa para sembrar, para tornear, para manejar un

> > autoelevador o para programar una computadora.

> > Para cocinar, para atender bien a un turista, es la misma inteligencia.

> > Unos subirán más escalones que otros, pero es la misma escalera.

> > Y los peldaños de abajo son los mismos para la física nuclear que para

> > el manejo de un campo. Para todo se precisa la misma mirada curiosa,

> > hambrienta de conocimiento y muy inconformista.

> > Se termina sabiendo, porque antes supimos estar incómodos por no saber.

> > Aprendemos porque tenemos picazón y eso se adquiere por contagio

> > cultural, casi cuando abrimos los ojos al mundo.

> > Sueño con un país en el que los padres le muestren el pasto a los

> > hijos chicos y le digan: “¿Sabés qué es eso?, es una planta

> > procesadora de la energía del sol y de los minerales de la tierra”.

> > O que les muestren el cielo estrellado y hagan piecito en ese

> > espectáculo para hacerlos pensar en los cuerpos celestes, en la

> > velocidad de la luz y en la transmisión de las ondas.

> > Y no se preocupen, que esos uruguayos chicos igual van a seguir

> > jugando al fútbol. Sólo que, en una de esas, mientras ven picar la

> > pelota puedan pensar a la vez en la elasticidad de los materiales que

> > la hacen rebotar.

> >

> > CAPACIDAD DE INTERROGARSE

> > Había un dicho: “No le des pescado a un niño, enséñale a pescar”.

> > Hoy deberíamos decir: “No le des un dato al niño, enséñale a pensar”.

> > Tal como vamos, los depósitos de conocimiento no van a estar más

> > dentro de nuestras cabezas, sino ahí afuera, disponibles para

> > buscarlos por Internet.

> > Ahí va a estar toda la información, todos los datos, todo lo que ya se

> > sabe.

> > En otras palabras, van a estar todas las respuestas.

> > Lo que no van a estar son todas las preguntas.

> > En la capacidad de interrogarse va a estar la cosa.

> > En la capacidad de formular preguntas fecundas, que disparen nuevos

> > esfuerzos de investigación y aprendizaje.

> > Y eso está allá abajo, marcado casi en el hueso de nuestra cabeza, tan

> > hondo que casi no tenemos conciencia. Simplemente aprendemos a mirar

> > el

> > mundo con un signo de interrogación, y esa se vuelve la manera natural

> > de mirar el mundo.

> > Se adquiere temprano y nos acompaña toda la vida.

> > Y sobre todo, queridos amigos, se contagia.

> > En todos los tiempos, han sido ustedes, los que se dedican a la

> > actividad intelectual, los encargados de desparramar la semilla.

> > O para decirlo con palabras que nos son muy queridas: ustedes han sido

> > los encargados de encender la admirable alarma.

> > Por favor, vayan y contagien.

> > ¡No perdonen a nadie!

> > Necesitamos un tipo de cultura que se propague en el aire, entre en

> > los hogares, se cuele en las cocinas y esté hasta en el cuarto de

> > baño.

> > Cuando se consigue eso, se ganó el partido casi para siempre. Porque

> > se quiebra la ignorancia esencial que hace débiles a muchos, una

> > generación tras otra.

> >

> > EL CONOCIMIENTO ES PLACER

> > Necesitamos masificar la inteligencia, primero que nada para hacernos

> > productores más potentes. Y eso es casi una cuestión de supervivencia.

> > Pero en esta vida, no se trata sólo de producir: también hay que

> > disfrutar.

> > Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no

> > sólo hay esfuerzo sino también placer.

> > Dicen que la gente que trota por la rambla, llega un punto en el que

> > entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo

> > queda el placer.

> > Creo que con el conocimiento y la cultura pasa lo mismo. Llega un

> > punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y

> > es puro disfrute.

> > ¡Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha

> > gente!

> > Qué bueno sería, si en la canasta de la calidad de la vida que el

> > Uruguay puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de

> > consumos intelectuales.

> > No porque sea elegante sino porque es placentero.

> > Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede

> > disfrutar un plato de tallarines.

> > ¡No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices!

> > Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de

> > shopping centers.

> > En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de

> > bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos…

> > No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible.

> > Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige

> > arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar

> > de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción.

> > Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Vayan a

> > Holanda y vean las ciudades repletas de bicicletas. Allí se van a dar

> > cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera

> > aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los

> > frívolos.

> > Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero

> > también para ir a los conciertos o a los parques.

> > Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se

> > alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales.

> > Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento.

> > En paralelo, mi modesta contribución va a ser tratar de que los

> > uruguayos anden de bicicleteada en bicicleteada…

> >

> > INCONFORMISMO

> > Les pedía antes que contagien la mirada curiosa del mundo, que está en

> > el ADN del trabajo intelectual.

> > Y ahora agrando el pedido y les ruego que contagien inconformismo.

> > Estoy convencido que este país necesita una nueva epidemia de

> > inconformismo como la que los intelectuales generaron décadas atrás.

> > En el Uruguay, los que estamos en el espacio político de la izquierda

> > somos hijos o sobrinos de aquel semanario Marcha del gran Carlos

> > Quijano.

> > Aquella generación de intelectuales se había impuesto a sí misma la

> > tarea de ser la conciencia crítica de la nación. Anduvieron con

> > alfileres en la mano pinchando globos y desinflando mitos.

> > Sobre todo el mito del Uruguay multicampeón.

> > Campeón de la cultura, de la educación, del desarrollo social y de la

> > democracia.

> > ¡Qué íbamos a ser campeones de nada! Y menos en esos años, en las

> > décadas de los cincuenta y sesenta, donde el único récord que supimos

> > conseguir fue la del país de Latinoamérica que menos creció en veinte

> > años.

> > Sólo nos superó Haití en ese ranking.

> > Esos intelectuales ayudaron a demoler aquel Uruguay de la siesta

> > conformista.

> > Con todos sus defectos, preferimos esta etapa, donde estamos más

> > humildes y ubicados en la real estatura que tenemos en el mundo.

> > Pero tenemos que recuperar aquel inconformismo y tratar de metérselo

> > debajo de la piel al Uruguay entero.

> > Antes les decía que la inteligencia que le sirve a un país es la

> > inteligencia distribuida.

> > Ahora les digo que el inconformismo que le sirve a un país es el

> > inconformismo distribuido.

> > El que ha invadido la vida de todos los días y nos empuja a

> > preguntarnos si lo que estoy haciendo no se puede hacer mejor.

> > El inconformismo está en la naturaleza misma del trabajo que ustedes

> > hacen.

> > Se precisa que se nos haga a todos una segunda naturaleza.

> > Una cultura del inconformismo es la que no nos deja parar hasta

> > conseguir más kilos por hectárea de trigo o más litros por vaca

> > lechera.

> > Todo, absolutamente todo, se puede hacer hoy un poco mejor que ayer.

> > Desde tender la cama de un hotel a matrizar un circuito integrado.

> > Necesitamos una epidemia de inconformismo. Y eso también es cultural,

> > eso también se irradia desde el centro intelectual de la sociedad a su

> > periferia.

> > Es el inconformismo el que ha ganado el respeto a pequeñas sociedades

> > y a lo que hacen.

> > Ahí andan los suizos, cuatro gatos locos como nosotros, que se dan el

> > lujo de andar por ahí vendiendo calidad suiza o precisión suiza.

> > Yo diría que lo que de verdad venden es inteligencia e inconformismo

> > suizos, ese que tienen desparramado por toda la sociedad.

> >

> > LA EDUCACION ES EL CAMINO

> > Y amigos, el puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un

> > nombre y se llama educación.

> > Y mire que es un puente largo y difícil de cruzar.

> > Porque una cosa es la retórica de la educación y otra cosa es que nos

> > decidamos a hacer los sacrificios que implica lanzar un gran esfuerzo

> > educativo y sostenerlo en el tiempo.

> > Las inversiones en educación son de rendimiento lento, no le lucen a

> > ningún gobierno, movilizan resistencias y obligan a postergar otras

> > demandas.

> > Pero hay que hacerlo.

> > Se lo debemos a nuestros hijos y nietos.

> > Y hay que hacerlo ahora, cuando todavía está fresco el milagro

> > tecnológico de Internet y se abren oportunidades nunca vistas de

> > acceso al conocimiento.

> > Yo me crié con la radio, vi nacer la televisión, después la televisión

> > en colores, después las transmisiones por satélite.

> > Después resultó que en mi televisor aparecían cuarenta canales,

> > incluidos los que trasmitían en directo desde Estados Unidos, España e

> > Italia.

> > Después los celulares y después la computadora, que al principio sólo

> > servía para procesar números.

> > Cada una de esas veces, me quedé con la boca abierta.

> > Pero ahora con Internet se me agotó la capacidad de sorpresa.

> > Me siento como aquellos humanos que vieron una rueda por primera vez.

> > O como los que vieron el fuego por primera vez.

> > Uno siente que le tocó en suerte vivir un hito en la historia.

> > Se están abriendo las puertas de todas las bibliotecas y de todos los

> > museos; van a estar a disposición, todas las revistas científicas y

> > todos los libros del mundo. Y probablemente todas las películas y

> > todas las músicas del mundo. Es abrumador.

> > Por eso necesitamos que todos los uruguayos y sobre todo los

> > uruguayitos sepan nadar en ese torrente.

> > Hay que subirse a esa corriente y navegar en ella como pez en el agua.

> > Lo conseguiremos si está sólida esa matriz intelectual de la que

> > hablábamos antes.

> > Si nuestros chiquilines saben razonar en orden y saben hacerse las

> > preguntas que valen la pena.

> > Es como una carrera en dos pistas, allá arriba en el mundo el océano

> > de información, acá abajo preparándonos para la navegación

> > trasatlántica.

> > Escuelas de tiempo completo, facultades en el interior, enseñanza

> > terciaria masificada.

> > Y probablemente, inglés desde el preescolar en la enseñanza pública.

> > Porque el inglés no es el idioma que hablan los yanquis, es el idioma

> > con el que los chinos se entienden con el mundo.

> > No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquilines.

> > Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la

> > explosión universal del conocimiento.

> > Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica.

> > Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación.

> > No hay tarea más grande delante de nosotros.

> >

> > EL IDEALISMO AL SERVICIO DEL ESTADO

> > Queridos amigos, estamos en tiempos electorales.

> > En benditos y malditos tiempos electorales.

> > Malditos, porque nos ponen a pelear y a correr carreras entre nosotros.

> > Benditos, porque nos permiten la convivencia civilizada.

> > Y otra vez benditos, porque con todas sus imperfecciones, nos hacen

> > dueños de nuestro destino. Aquí todos aprendimos que es preferible la

> > peor democracia a la mejor dictadura.

> > En los tiempos electorales, todos nos organizamos en grupos,

> > fracciones y partidos, nos rodeamos de técnicos y profesionales, y

> > desfilamos frente al soberano.

> > Hay adrenalina y entusiasmo.

> > Pero después, alguien gana y alguien pierde.

> > Y eso no debería ser un drama.

> > Con unos o con otros, la democracia uruguaya seguirá su camino e irá

> > encontrando las fórmulas hacia el bienestar.

> > Nos toque el lugar que nos toque, allí vamos a estar tratando de poner

> > el hombro.

> > Y estoy seguro de que ustedes también.

> > La sociedad, el Estado y el Gobierno precisan de sus muchos talentos.

> > Y precisan aún más de su actitud idealista.

> > Los que estamos aquí, nos acercamos a la política para servir, NO para

> > servirnos del Estado.

> > La buena fe es nuestra única intransigencia. Casi todo lo demás es

> > negociable.

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